jueves, 13 de febrero de 2014

Traducción: Nvnc Avt Nvnqvam

Traductor: Elle R
Autor:  AndeinerSeitenureineWeile
Fic:  Nvnc Avt Nvnqvam
Categoria: Slash
Género: Acción/Aventura, Angustia, Época, Romance
Rating:  NC-17 (R)
Pareja Principal: Bill/Tom
Pareja Secundaria: Tom/Andreas
Advertencias:   Contenido Adulto, Travestismo, Violación, Violencia, AU
Capítulos:  21
Finalizado: No
Banner: hecho por Kariiin
Resumen:
El príncipe Tom, hijo del rey Jorg de Apolonia, es el más reacio a ascender al trono, desposarse y heredar la guerra que empezó su padre. A sus veinte años, Tom prefiere disfrutar de sus placeres que cumplir con los deseos de su padre.
Los Apolonios atacan a sus enemigos, los Poseidonios, y regresan con muchos cautivos para celebrar. Tom le echa el ojo a uno en particular: una belleza de pelo oscuro que se convierte en su sierva y se niega a hablar con él u obedecerle. ¡Enfurecido, Tom pronto descubre que la chica destinada a servirlo es en realidad un chico! El príncipe, que ya ha descubierto su bisexualidad, no aleja al chico sino que lo mantiene a su alcance.
El príncipe Bill, hijo del rey Gordon de Poseidonis, fue capturado en la incursión a su casa. Obligado a trabajar como un siervo para su enemigo, él no tiene forma de entender el extraño idioma que hablan sus enemigos, ¡y Bill teme que si se descubre su herencia real, será condenado a morir!
A medida que la guerra empeora y los dos príncipes se acercan más el uno al otro, se forma una relación que sólo puede unir ambos reinos para siempre. Eso si la muerte y la traición no entran en juego primero.


cap1
Estaba amaneciendo. El cielo, pintado de color rosa y anaranjado, rodeó el antiguo castillo de mármol. La salada brisa del mar le dio vida a la imponente fortaleza. La victoria fue claramente presente en el aire cuando la ciudad despertó.
El Rey Jorg finalmente había tomado al enemigo por sorpresa. La infiltración inicial, a la fuertemente vigilada ciudad Poseidonis, fue difícil de por sí. El rey había enviado a sus soldados apolonios al otro dominio; espías disfrazados de humildes viajeros. Tres días habían pasado sin altercados. Los guardias poseidonios no tenían conocimiento de la violación en la seguridad de su refugio, su hogar. Por lo tanto, el impacto fue grande cuando las poderosas puertas de la fortaleza se abrieron desde dentro justo antes del ataque, y los Poseidonios se encontraron desprevenidos para la batalla. Las tropas de protección de la ciudad aún no habían regresado del desierto de Titania, donde estaban acorraladas combatiendo con sus enemigos.
El Rey Jorg había aprovechado la oportunidad para enviar a sus hombres adicionales a los Poseidonios desprotegidos de una manera decisiva y penetrante. El ataque tuvo éxito y después de mucha masacre, los soldados Apolonios se habían retirado del aterrorizado lugar e ido hacia su líder con muchos jóvenes capturados.
Dentro de las imponentes murallas del palacio Apolonio estaba un muchacho joven, un príncipe, llamado Tom, a quien no podía importarle menos la crucial batalla que acababa de ser librada por los hombres de su padre. Él tenía poco conocimiento de la guerra en curso y, francamente, le era indiferente.
El Príncipe Tom tenía el cabello negro, largo y trenzado, y penetrantes ojos marrones. Como siempre, llevaba una túnica de color morado oscuro, un símbolo de su estatus real. Tom era hijo único, el primer varón nacido, quien sería el sucesor de su padre como rey de Apolonia cuando llegara el momento. Sí, el príncipe heredaría: el trono, el oro, el pueblo y la guerra. Todo lo que su padre había logrado apoderarse a lo largo de su reinado sería para el príncipe reinante. Y Tom detestaba eso.
Él no tenía ninguna necesidad, disposición y, definitivamente, planes de controlar Apolonia. Era joven; un chico de veinte años. Ciertamente él debería enfocar su atención en asuntos menos triviales. Divertirse, nadar en la piscina del palacio y gastar las riquezas de su padre parecían actividades adecuadas en su mente. Sin embargo, el príncipe Tom no estaba sujeto a sus caprichos, sino a los caprichos de su padre. Cuando él prefería estar seduciendo a una de las doncellas del palacio, se veía obligado a ir a intensas sesiones de estudio con sus tutores. En lugar de permitírsele dormir tranquilo, era arrastrado al templo a horas poco razonables para inclinarse ante la estatua y rendir tributo a Apolo. Tom odiaba seguir órdenes, y quería más que nada desprenderse de las garras de su padre y llevar a cabo sus propios deseos.
Ahora el príncipe acompañaba a su padre a uno de los grandes y florecidos patios que rodean su casa. Como era tradición, las personas recién capturadas estaban esperando en el área abierta que el rey venga y selle sus destinos. El rey evaluaría a los cautivos y establecería su voluntad sobre ellos. Algunos serían enviados a hacer trabajos manuales, otros serían vendidos como esclavos a la gente, y unos pocos serían llevados al castillo como siervos. Tom encontró el paseo aburrido en todos los aspectos.
—Príncipe Tom, harías bien en sonreír en esta mañana luminosa y alegre. —El Rey Jorg puso su brazo sobre el hombro de su hijo mientras lo conducía al patio. —Este en un evento glorioso para nuestro reino. ¡Conquistamos con éxito a nuestros enemigos la noche pasada!
—Conquistar llevaría a pensar que hemos ganado —se mofó Tom. —Perdonadme, pero todavía estamos en guerra, ¿verdad? Este fuerte golpe no ha derrumbado el motivo Poseidonio. No hemos conquistado; simplemente hemos tomado la delantera.
Ante esto, el rey sonrió. —Sabias palabras fluyen de tu boca, hijo mío. No obstante, todavía estás blando en tu conclusión. Puede que no hayamos conquistado todo su pueblo; pero hemos conquistado a quienes están aquí ante nosotros.
Un guardia del palacio reprimió una risita y el Príncipe Tom se sintió súbitamente invadido por la ira. Era típico de su padre menospreciar las palabras de Tom en público. El príncipe siempre detestó lo infantil e ignorante que parecía después de que su padre lo reprendiera. Él era educado y culto, pero al Rey Jorg no le gustaba ser contradicho por su hijo, y por lo tanto Tom era a menudo el blanco de muchas de las críticas del rey.

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