jueves, 10 de enero de 2013

Who... por olga_k


Autor: olga_k
Fic: Who...
Categoria: slash
Género: ---
Rating: K
Pairing: Bill/Tom
Advertencias: twc
Capítulos: 1
Finalizado: Sí
Resumen: Es Tom quien conforta a Bill a lo largo del extenso camino que denominamos vida.

Cuando perdía mi rumbo y el camino era demasiado largo, me decía a mí mismo: “Así son las cosas”. -Ayumi Hamasaki - Who...


Los gritos que se escuchaban lejanos y amortiguados por la puerta cerrada eran lo que mortificaba a Bill, quien estaba acurrucado en su habitación con las piernas flexionadas y presionadas contra el pecho mientras reposaba su cabeza sobre sus rodillas, sentía las lágrimas tibias descendiendo por su mejilla.
Una parte de él le decía que ya debería estar acostumbrado a esto porque estaba convirtiéndose en una tradición, pero sabía que terminaría perdiendo su verdadera esencia si terminaba viendo aquello como una actividad rutinaria.
No estaba en él pensar que algo tan desagradable pudiese formar parte esencial de su vida.
Estaba llorando y se sentía débil por no poder soportar aquello, los gritos incesantes que iban incrementando en volumen hasta el grado en que quería ensordecer para dejar de prestar atención al ambiente bélico que le rodeaba en aquella casa que tanto valor tenía para él y a la que tan acostumbrado estaba.
Concentrarse en su propia habitación ya no significaba un escape a la realidad, porque los pósteres que adornaban sus paredes no le arrebataban de aquel momento depresivo que se cernía sobre él.
Apretó con fuerza los ojos, se sentía mal, quería abrir los ojos y descubrir que todo aquello era sólo un mal sueño; pero no funcionaba. Ya lo había intentado muchas, veces pretender que aquello no estaba ocurriendo en verdad y no servía de nada, porque a pesar de apretar con fuerza los ojos no podía dejar de escuchar los gritos y cuando los abría, la bruma de las lágrimas le indicaba que seguía atrapado en su sufrimiento.
Hubo un tiempo en que sus padres no hacían esto, en que estaba todo tan bien en la familia que no necesitaban de gritos y de mandar a los gemelos a sus habitaciones para que no se enteraran de lo que ocurría abajo.
Si hubiesen mantenido sus discusiones tranquilas, él jamás se hubiese enterado de como las fundaciones de su familia parecían estarse derrumbando tan velozmente que daba miedo el rumbo que todo estaba tomando.


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