miércoles, 7 de noviembre de 2012

Traducción: No le cuentes a mamá


Traductor: LaDamaDeLaOscuridad
Autora: cynical terror y undrockroll
Fic: No le cuentes a Mamá [ff.net]
Categoria: slash
Género: romance, angst, drama,
Rating: MA+18
Pairing: Bill/Tom
Advertencias: shota, twincest, violencia leve
Capítulos: 15
Finalizado: Sí
Resumen: Lo que mamá no sabe no le va a matar.
Nota: Traducido por Aelilim hasta el capítulo 8.



  • Seis años
Tom agarró la mano temblorosa de su hermano y la estrechó. Bill se inclinó un poco sobre él y miró fijamente escaleras abajo, con los ojos muy abiertos y sin parpadear, dejando salir un fuerte suspiro.
Ellos estaban peleando de nuevo, y esta vez parecía la peor pelea de siempre porque no era en voz alta.
-Shh -dijo Tom suavemente, pellizcando la rodilla de Bill. Éste sacudió su cabeza y adelantó su cuerpo, colocando su pie un escalón más arriba para que su estómago descansara contra sus muslos.
-¿Por qué están gritando? -preguntó Bill, llevando la manga de su camiseta hasta su nariz y ahogando un sollozo-. ¿Qué está pasando?
-Nada -mintió Tom.
-Nada -repitió-. Está bien.
Tom mantuvo a su hermano muy cerca. Ambos se asustaron cuando escucharon un portazo.
-¡Vas a despertar a los niños! -gritó Simone.
-¡No menciones a los niños ahora! -gritó de vuelta su padre-. Siempre lo haces cuando peleamos.
-¡Nunca estás en casa!
Bill arrimó con violencia su cara contra el cuello de Tom.
-Haz que se detengan.

Tom abrazó a Bill fuertemente, sin saber como lograr eso. Cerró los ojos y dijo: -Solo cierra los ojos, como mamá dijo. No más monstruos.
-Los escucho -susurró Bill, con los ojos todavía abiertos.
-No tengo razones para estar en casa, tú lo sabes -dijo su padre en voz alta y severa-. Trabajo largas horas para que no tengas que hacerlo tú.
-¡Yo crío a nuestros hijos! -Simone se rindió-. Hago mucho más de lo crees, Jorg, y lo sabrías si siquiera te molestaras en hablarme o preguntarme qué hago o cómo me siento.
-Lo haré -contestó él, glacialmente-, si dejas de humillar mi trasero por cada pequeña cosa, Simone. Por Jesucristo.
-¿Cuándo pasó? -El tono de ella había perdido su furia-. ¿Cuándo dejaste de estar ahí para mí, para los niños... para nuestra familia? -Jorg se mantuvo unos segundos en silencio.
-No lo sé. -Simone suspiró profundamente.
-No esperaba esa respuesta.
Bill curvó los dedos de sus pies contra el duro escalón y miró, con ojos abiertos de sobremanera, las piernas de su padre que estaban a la vista. Unos zapatos fueron calzados, al igual que una chaqueta fue puesta. Él llevaba una maleta.
-¿Adónde está yendo papá? -preguntó Bill. Tom miró también. Sabía que su padre les estaba dejando.
-A ningún lado -respondió, abrazando a Bill-. Nadie se está marchando.

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