miércoles, 7 de noviembre de 2012

Traducción: Deprisa


Traductor: Analif
Autora: diamondairways
Fic: Deprisa
Categoria: slash
Género: romance, humor
Rating: MA+18
Pairing: Bill/Tom
Advertencias: AU, pwp,
Capítulos: 1
Finalizado: Sí
Resumen: Dos extraños en un concurrido vagón de tren se acercan demasiado.



Bill se detuvo en la plataforma, calando su cigarro ignorando los señalamientos de “No fumar”. En serio, ¿a quién le importa? Había tenido un día terrible y necesitaba un cigarro. La gente se apresuraba de todas direcciones, como hormigas, corriendo hacia algún lugar. El subterráneo estaba frío como siempre,  bajo tierra, con un ligero silbido del viento y luces en un suave amarillo. Hacía que los rostros de las personas lucieran cansados, llamativos, viejos, agotados, enfermos. Donde quiera que Bill mirara, había gente parada, esperando, y el espacio se llenaba cada vez más de personas bajando de las largas escaleras mecánicas.
Odio la hora pico, pensó Bill, tirando el cigarrillo a las vías. El tren llegó entonces, silbando hasta detenerse y abrir sus puertas. Entró con  un suspiro, apresurándose entre la multitud de cuerpos.
Se las arregló para caminar hasta una esquina al final del vagón y se detuvo con la espalda contra la pared. Tenía un largo camino por delante, y aborrecía quedarse al lado de las puertas, con gente entrando, gente saliendo, todos ellos empujándolo y apretándolo y tocándolo.
Eso arruinaba sus vestimentas creando arrugas, sin mencionar que alguien siempre pisaba sus prístinos zapatos. Las personas eran rudas, empujaban y se metían, haciéndolo querer apartarlos, fuerte. Sobre todo, odiaba pararse cerca de alguien, especialmente si esa persona usaba un escandaloso perfume o apestaba a sudor. Lo hacía sentir náuseas.
Paseó la vista alrededor del vagón, su mirada deslizándose entre los pasajeros. Justo frente a él estaba un tipo de pie y mirando por la ventana. Bill sólo podía ver su perfil, esculpido y ligeramente delicado, la pequeña pendiente de su nariz con una suave punta hacia arriba. El chico tenía negras trenzas y vestía ropas amplias, no exactamente el tipo de hombre que a Bill le gustaba. Pero había algo en él, un magnetismo animal, algo que llamaba la atención y Bill se encontró a sí mismo mirándolo.
Parpadeó y apartó la mirada cuando el chico se giró y lo sorprendió, sintiéndose un poco avergonzado. Odiaba cuando alguien le miraba como si fuera algún loco, así que hacerlo a alguien se sentía incorrecto. Se mordió el labio, mirando el suelo. El tren se detuvo anunciando una estación y varias personas se apresuraron a salir. Algunas más a entrar. El vagón se estaba llenando demasiado y cuando Bill miró hacia enfrente se encontró con el de trenzas justo delante suyo. Estaban ojo a ojo y Bill se sorprendió.
- Lo siento – la voz del chico era placenteramente baja y el perfume que usaba olía agradable. – Demasiada gente – se encogió de hombros como si eso explicara el por qué de repente estaban presionados el uno contra el otro. Bill miró sobre el hombro del hombre, notando que sí, la gente estaba apretada como sardinas y no había espacio libre.
Se dio cuenta de que no le importaba. El extraño era atractivo, y para su horror, Bill se encontró deseando presionarse más cerca de ese cuerpo.

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